sábado, 1 de julio de 2017

Felicidad espesa



“La felicidad es una decisión”, leo en facebook. Se ven a diario mensajes de este tipo con más o menos variaciones. La búsqueda de la felicidad a través de frases inteligentes a veces, sensibleras otras. La felicidad es una decisión, tal vez, que se pospone para cuando la realidad no ponga demasiados obstáculos para ser feliz. Pero “demasiados” es un determinante indefinido, es decir, no aclara cuántos obstáculos nos podemos permitir antes de exigir esa hipotética felicidad. Cuántos y de qué peso. Otra vez el relativismo. ¿Se puede ser  feliz a pesar de las dificultades económicas? ¿en un entorno de guerra? ¿a pesar de una grave enfermedad? ¿en soledad? ¿se puede no ser feliz a pesar de no padecer ninguno de los supuestos anteriores? El factor tiempo juega en contra. “La resignación es un suicidio cotidiano”, decía Balzac. Mientras aguardamos a que cambie el aire, los días, meses o años gastados son irrecuperables. No podemos esperar a que el tiempo lo cure todo. El tiempo pierde cosas, no las cura. Tampoco sé si es un mensaje trampa como los que circulaban durante lo peor de la crisis, frases de autoayuda que pretendían convencer al ciudadano de a pie de que la buena suerte estaba en sus manos. Encerraban un enorme engaño ya que poco se puede hacer por mejorar la suerte si el entorno se vuelve terriblemente desfavorable. El pensamiento positivo no es suficiente. De ahí a culpar a cada uno por su destino solo hay un paso: si la buena suerte es para el que la busca, se deduce que la mala también, ¿no? Entonces el parado es culpable de su despido, el desahuciado  de la usura de su banco, el enfermo de su enfermedad…  Así, al afectado se le despoja también del consuelo de sentirse comprendido, se le despoja de la solidaridad. Entre instalarse en “Los mundos de Yupi” y vivir con la conciencia alerta ante el sufrimiento propio o ajeno hay un abismo. Sin embargo, tengo la sospecha de que la clave de la felicidad está justo ahí, en construir un puente que, sin destruir el pensamiento crítico y lúcido, permita relativizar los problemas y saborear la vida a pesar de ellos. 

Un poco espeso para el primer sábado de julio. Será el calor.

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