sábado, 16 de junio de 2018

Alertas

De un tiempo a esta parte, me preocupan las relaciones de pareja de las nuevas generaciones. Aparece una peligrosa paradoja: cuanto más se habla en los medios de igualdad, cuanto más se aconseja cortar en seco el primer síntoma de abuso, cuantas más manifestaciones se hacen contra esta tara de la sociedad, más casos de relaciones tóxicas entre jóvenes de mi entorno me encuentro. ¿Qué es lo que no está funcionando? Está demostrado que el sexismo, el machismo empieza en las familias. Solo con una buena educación se puede erradicar la figura del abusador y dar seguridad a las chicas para que no se conviertan en futuras víctimas. ¿Es posible que la atención en los medios a los casos más terribles esté actuando como efecto contrario? ¿Por qué esta regresión? Leí un estudio preocupante que explicaba que muchos de estos adolescentes se “educan” en el  sexo a través del porno que encuentran libre en internet. Supongo que puede explicar parte del problema. Puesto que muchas familias permiten que sus hijos se aíslen en sus habitaciones con móviles y ordenadores, y olvidan que las comidas y sobremesas son propicias para hablar de todo y de nada, estos chicos acaban tomando como modelo de educación sexual estas películas creadas con un fin muy distinto. En un episodio de la serie “Friends”, Chandler y Joey se encuentran con un canal porno en abierto en su apartamento. Temiendo que al apagar la tele desaparezca, consumen horas y horas de cine X. Llega un momento en que, al recibir el pedido de una pizza, encuentran extraño que la repartidora se limite a entregarla sin que pase nada. Este episodio que en la serie resulta tan divertido, quizás explique tantos casos de chicas inteligentes, preparadas, buenas estudiantes, que acaban sufriendo abuso de chicos egoístas, maltratadores, abusones, manipuladores, celosos… No sé si es la reproducción de un modelo equivocado o si los jóvenes han normalizado unas relaciones autoritarias que creíamos en retroceso. Lo que me asusta no son los casos aislados, sino que cuando preguntas a las víctimas por qué no reaccionaron a tiempo cuentan que, como sus amigas estaban pasando por situaciones similares, entendieron que era “normal”.