De un tiempo a esta parte, me
preocupan las relaciones de pareja de las nuevas generaciones. Aparece una
peligrosa paradoja: cuanto más se habla en los medios de igualdad, cuanto más
se aconseja cortar en seco el primer síntoma de abuso, cuantas más manifestaciones
se hacen contra esta tara de la sociedad, más casos de relaciones tóxicas entre
jóvenes de mi entorno me encuentro. ¿Qué es lo que no está funcionando? Está
demostrado que el sexismo, el machismo empieza en las familias. Solo con una buena
educación se puede erradicar la figura del abusador y dar seguridad a las
chicas para que no se conviertan en futuras víctimas. ¿Es posible que la
atención en los medios a los casos más terribles esté actuando como efecto
contrario? ¿Por qué esta regresión? Leí un estudio preocupante que explicaba
que muchos de estos adolescentes se “educan” en el sexo a través del porno que encuentran libre
en internet. Supongo que puede explicar parte del problema. Puesto que muchas
familias permiten que sus hijos se aíslen en sus habitaciones con móviles y
ordenadores, y olvidan que las comidas y sobremesas son propicias para hablar
de todo y de nada, estos chicos acaban tomando como modelo de educación sexual
estas películas creadas con un fin muy distinto. En un episodio de la serie “Friends”,
Chandler y Joey se encuentran con un canal porno en abierto en su apartamento. Temiendo
que al apagar la tele desaparezca, consumen horas y horas de cine X. Llega un
momento en que, al recibir el pedido de una pizza, encuentran extraño que la
repartidora se limite a entregarla sin que pase nada. Este episodio que en la
serie resulta tan divertido, quizás explique tantos casos de chicas
inteligentes, preparadas, buenas estudiantes, que acaban sufriendo abuso de
chicos egoístas, maltratadores, abusones, manipuladores, celosos… No sé si es la
reproducción de un modelo equivocado o si los jóvenes han normalizado unas
relaciones autoritarias que creíamos en retroceso. Lo que me asusta no son los
casos aislados, sino que cuando preguntas a las víctimas por qué no
reaccionaron a tiempo cuentan que, como sus amigas estaban pasando por
situaciones similares, entendieron que era “normal”.