miércoles, 19 de julio de 2017

Contradicciones


Resultado de imagen de gaming ladiesEn Suecia se prepara un Festival de música para el verano de 2018 solo para mujeres.  No es la primera iniciativa, el año pasado Glastonbury (Reino Unido) contaba con escenarios solo para mujeres, The sisterhood. También se ha celebrado el primer “Gaming ladies”, solo para “gamers” femeninas. En París está siendo muy polémica la preparación de un festival, Nynsapo, que cuenta con talleres dirigidos exclusivamente a mujeres negras. Cada vez es más frecuente encontrar que, dentro de un Festival de música, exista un “safe-space” y ya es normal encontrar gimnasios donde no admiten hombres. Cuando leo y escucho estas iniciativas, me vienen tantas ideas contradictorias a la cabeza que me cuesta ordenarlas. Para empezar, me choca mucho que todos estos proyectos estén surgiendo en lugares del mundo donde se supone que la igualdad entre hombres y mujeres es un derecho reconocido por la ley. Hablamos de Reino Unido, Canadá, EEUU, Francia, Suecia, España… Además, surgen tras una larga batalla para conseguir que mujeres y hombres puedan estar codo con codo en las aulas de colegios y universidades, en espectáculos públicos, en las urnas… Hasta hace muy poco, el logro era haber conseguido precisamente lo contrario, espacios unisex. Y, sin embargo, parece que como medida reivindicativa tras las numerosas denuncias de agresiones sexuales y violaciones, se está volviendo a esta segregación. ¿Logro o retroceso? Entiendo que pueda tener su fuerza como llamada de atención, pero me cuesta aceptar que la única manera de mantener a las mujeres a salvo sea haciendo un corralito en el que poder protegerlas. Tiene algo de rendición, de paso atrás. Pero ahí siguen los datos de violaciones y agresiones en los Sanfermines, en los festivales de música o la suspensión de la segunda edición del “Gaming ladies” por el boicot de Forocoches. ¡Llegaron a amenazar con entrar disfrazados de mujeres para reventar las charlas al grito de “muerte al marichulo”! Se me cae el alma a los pies. Mi apuesta segura es, como siempre, la educación desde todos los ámbitos. Pero ¿y mientras tanto? No creo que los guetos sean una solución por mucho que también surgieran como medida de protección. La única aspiración posible es la diversidad basada en el respeto. Lástima que por ahora parezca una utopía.

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