A veces me siento marciana, de
verdad. Luego lo pienso y concluyo que no, que no es una cuestión de planetas
sino de edad, que probablemente lo que me pasa tiene que ver con el archisabido
salto generacional que hasta ahora no iba conmigo. O sea, que antes era yo la
que me hacía la marciana a posta. Todo esto viene porque leí en el Tentaciones
“Las 10 cosas que vas a hacer este año” y en lugar de ilusionarme con los
supuestos adelantos tecnológicos, me quedé pasmada, fuera de juego. La primera:
vamos a comprar de todo sin salir de casa. Ésta no me sorprendió porque ya lo
hacemos si queremos, pero el texto hablaba de entregas realizadas por drones
capaces de llevarte, en menos de dos horas, papel higiénico o preservativos
(300.000 llevan repartidos así en España). Vale, lo voy a dejar pasar. El
puesto número 3 era que los chatbots serán
nuestro mejor amigo. Ya hay uno llamado Replika que, no solo está preparado
para imitar su personalidad, sino que permite resucitar virtualmente a alguien
fallecido y volver a hablar con él
(todo a partir de los mensajes de texto que hubiera escrito, no imaginéis otra
cosa). Es decir, que seguimos empeñados en hacer realidad las distopías y
presentarlas como una novedad apetecible. No nos bastaba con convertir la advertencia
de Orwell en su novela 1984 en un programa televisivo como Gran
Hermano, sino que ahora aspiramos a vivir la película Her
o la serie Black mirror en primera
persona. El número 7 era ver peleas de robots y, el mejor, el último: no hay
que perder el tiempo en comer porque hay una compañía (startup se dice, por si quieres estar al día) que tiene polvos,
batidos y barritas con todo lo necesario para la nutrición diaria. O sea, que
feliz futuro si se trata de lanzarnos en brazos de la inteligencia artificial (que
no es otra cosa que facilitar la inclusión de publicidad adaptada a nuestras necesidades)
para no tener que salir de casa ni a comprar y poder quedarnos viendo peleas de
robots o reviviendo a los muertos mientras saboreamos unos asquerosos polvitos
nutritivos. Lo que veo sin futuro es la
entrega de los preservativos a domicilio, no parece que así vayan a hacer mucha
falta. A cuadros.
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