lunes, 16 de julio de 2018

Verano

Carlo Petrini en 1986 fundó el Movimiento Slow cuando en la plaza de España de Roma se topó con que McDonald’s  iba a abrir uno de sus establecimientos de comida rápida. Lo hizo porque entendió el daño que este tipo de locales podría ocasionar en los hábitos de los ciudadanos. Su idea era proteger los productos estacionales, defender los intereses de los productores locales y alertar del peligro de la explotación intensiva de la tierra. El cine por su parte, ha hecho que cierto paisaje soleado, asociado a una mesa tosca llena de productos de la tierra, buen vino y buena gente, quede en el imaginario colectivo como el reencuentro con la vida sencilla que rescata los valores de lo auténtico. Normalmente la película se desarrolla en Italia, en Grecia o incluso en el sur de Francia.  Belleza robada, Bajo el sol de la Toscana, Antes del anochecer, Mamma Mia!... recrean una atmósfera donde la charla alegre entre familia y amigos produce un efecto cercano a la felicidad. Confieso que en épocas de mucho trabajo, la idea de sentarme al sol con una copa de vino en la mano rodeada de mi gente, comiendo una sencilla ensalada con buen aceite y buen tomate o un queso de la zona me resulta el paraíso. Lo llamo el momento Toscana. Para que el cuadro esté completo no hace falta irse a Italia, basta un toque de verde, poner una mesa debajo de un olivo, un nogal, una parra, una falsa pimienta… quitarse el reloj y dejarse llevar. El vino, la conversación, el sol filtrado por las ramas, harán el trabajo. Se trata de saborear, de recrearse en el momento, de tomar conciencia del deleite, de la cura que esta costumbre tan mediterránea proporciona a cuerpo y espíritu. Es una pena que necesitemos fundar un movimiento para recordarnos qué estilo de vida nos hace más felices pero, puesto que es así, bienvenido sea si recupera lo que los franceses llaman “le joie de vivre”. ¡Buen verano y buen deleite!

No hay comentarios:

Publicar un comentario