Lo bueno de no ser radical es que puedes desdecirte de las
afirmaciones sin mayor consecuencia. Y yo hoy voy a hacer justo eso:
desdecirme. Bueno, o matizar, que queda mejor. La última vez que hablamos yo
les contaba lo difícil que me resulta identificarme con un grupo, lo incómoda
que me siento con las etiquetas, pero ahora necesito confesar un reciente
momento de comunión. Fue el sábado pasado en Granada. El motivo, un concierto
de 091, un grupo de rock de los 80 y 90 que, tras 20 años separado ha vuelto a
hacer una serie de conciertos en los que ha reunido a los que nos bebíamos cada
una de sus letras críticas, inteligentes, con toques literarios… No llegaron a
ser aptos para el consumo de masas, pero se hicieron un grupo de culto imprescindible
para sus correligionarios. Por eso el sábado en el concierto, con la
complicidad de la noche granadina, se produjo la catarsis. Supongo que todo
suma y no fue solo la música sino la ciudad misma donde pasé siete años de
formación universitaria, laboral y personal; la noche de primavera que espantó
la lluvia hasta que dejó que la luna se hiciera fuerte sobre nosotros; los reencuentros
con quienes cabalgan conmigo sobre los años aunque vivan a cientos de kilómetros
de distancia; lo cierto es que hubo un
momento entre saltos y gargantas enfervorizadas en que me sentí parte de esa
multitud que abarrotaba la plaza de toros gritando que “como tú, sigo en el
laberinto”, “sé muy bien que el destino guarda cartas en la manga, el
mundo se derrumba a mi alrededor y yo contengo la respiración”. ”Un ritual de
confusión, eso es la vida mi amor” pero
“no importa el sitio porque el amor está debajo de las piedras”. Yo
“tardé en comprender la verdad de las cosas, tardé en comprender que la vida es
muy corta”, “buscando algo que hacer, buscando algo en qué creer, buscando el
lado oscuro de las cosas”. Magia destilada por miles de gargantas que cantaban
a coro la efímera verdad de que “si es
un poco triste esta canción, te daré una pequeña esperanza”. “No habrá
problemas esta noche, no habrá cadenas que te estorben, quizá mañana sea igual
pero no esta noche porque la luna brillará en el negro cielo hoy”. A ritmo de
rock, claro.
Qué bueno! Que buena es la conjunción de música, buena atmósfera y masa amigable!
ResponderEliminarSi además sirve para rememorar tiempos pasados....