Uno de los problemas de no salir
de casa durante mes y medio es la falta de vivencias, al menos de las
colectivas, porque de las personales y familiares ha habido muchas. Pienso en
escribir y me asalta la duda: de qué hablar si no he vivido nada nuevo. Pero de
esa misma duda surge otra, porque ¿no es vivir dedicarse por entero al trabajo
a distancia y a llenar el tiempo con quehaceres varios, diseñados al capricho?
A lo mejor este preguntarme varias veces al día qué me apetece hacer y
hacerlo, y cómo agradar a los que viven
conmigo y mimarlos, es la vida de
verdad, más allá de esa otra en la que los días se escapaban entre prisas y
actividades. Ahora que se relaja un poco la prohibición tajante de salir, puede
que haya desarrollado un nuevo síndrome que estaría entre el de Estocolmo y la
agorafobia, y puede que se me mezclen las ganas de recuperar la “normalidad”
con la nostalgia anticipada de esta diferente forma de vivir los días que no
creo ni deseo que se vuelva a dar.
En estas reflexiones andaba
cuando otra idea vino a rondarme, la de que al haber ocupado la pandemia todos
los espacios de noticia y todas las conversaciones, ha llegado a parecer que todo lo demás se borraba,
como si nadie pudiera enfermar, sufrir, morir, por una causa diferente no
relacionada con el coronavirus. Quizás en el subconsciente se ha instalado la
falsa idea de “no me he contagiado, estoy a salvo”. En la burbuja protegida del
hogar, la falta de contacto y el lavado de manos continuo ofrecen la absurda
tentación de creer que el peligro se mantiene a raya. Pero seguimos siendo
vulnerables dentro y fuera. Esta semana la noticia de la muerte de Michael
Robinson, vencido finalmente por el cáncer, por ejemplo, ha sido un
recordatorio de que vivimos esquivando peligros, de que las muertes violentas,
absurdas, prematuras, previsibles… no dejan de existir. Nada es estable.
Y entre estas ideas voy y vengo,
me construyo una realidad de claroscuros tan cambiante como esta primavera
preciosa a la que me agarro fuerte a falta de certezas más firmes. Por lo
pronto hoy parece que hará buen día. Disfrutemos de la novedad de un poco de
ejercicio al sol mientras se pueda .
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