Después de la borrasca de estos
días, mucha gente venía alertando sobre la cantidad de basura que estaba
dejando el mar al retirarse. Basura que, salvo en los casos en que había sido
el propio mar el que la generara al azotar chiringuitos y espigones sin piedad,
nosotros mismos habíamos producido. Esto provocó un llamamiento en las redes
sociales para que el domingo por la mañana se acercaran voluntarios a la playa
de Santa Catalina, en concreto a las Redes, para aprovechar la marea baja y
recoger de forma altruista lo que se pudiera. Esta iniciativa, privada,
pretendía hacer una batida para evitar que esos pequeños residuos acabaran en
el mar. El gesto puede parecer pequeño, ingenuo o interesado, simbólico, no sé,
se me ocurren muchos enfoques, pero confieso que nunca se me habría ocurrido
adelantar algunos de los comentarios que provocó en las redes sociales. Hubo
indignación por entender que la labor correspondía al Ayuntamiento; por
considerar que, habiendo tanto paro, habría que pagar a gente sin trabajo para
esta labor; por tener que aportar guantes y bolsas de basura, además; por haber
elegido Las Redes, por qué no La Puntilla, que “vallan los pijos que son los
que mas ban”… y así hasta que, tan descorazonada lectura, acabó dejándome en
otro mar, ahora de perplejidad ¿Por qué estamos tan enfadados? Está claro que
el acto era un llamamiento para mirar por nuestro entorno, que se hacía de buen
rollo, que no discriminaba a nadie, que aclaraba que ojalá acudiera gente suficiente
como para abarcar todas las playas, pero que por algún sitio había que empezar...
Entonces, ¿por qué polemizar? ¿Es odio social o solo la moda de provocar tan
común en las redes sociales? No acabo de entenderlo. Al criticar todo, se corre
el peligro de que la acción quede solo en la queja mientras el denunciante se
vuelve al sofá a seguir esperando que las cosas se solucionen. No creo que
criticar al poder sin más sea un camino, me parece que a veces los gestos
también ayudan: señalan el problema, cumplen una labor educativa y
concienciadora, se convierten en un símbolo…
Finalmente a Las Redes acudió bastante
gente (no sé si pijos) con bolsas de basura propias y ganas de colaborar.
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