domingo, 4 de junio de 2017

Resaca

Las ferias, se beba o no, dejan resaca. Puede ser cabezona o productiva, resacas espirituales que han bebido conversaciones, risas, colores, olores, sensaciones… que están por asimilar. En feria, uno es más expansivo, se conocen y se recuperan amigos, pero también se estrechan lazos, se aprovecha un tiempo lejos de las carreras diarias que se invierte en gente. Se ahonda en amistades que se van haciendo despacio, como el buen vino, con un grado de maduración que ya lo haría más que apto para el consumo, pero que ilusiona porque promete mucho más. También dejan perlas, como la que escuché al Selu de El Puerto entre pase y pase. Nos explicaba lo difícil de “hacer ferias”. Ahora que cada caseta tiene música en directo se observa que las diferencias entre los artistas son abismales. La misma diferencia que encontraríamos entre una mala salchicha y un buen plato de jamón. La distancia no está solo en saber cantar, está en hacerlo con dignidad y autenticidad. El Selu nos hablaba de lo difícil que resulta concentrarse cuando se oye música disco de la caseta de al lado o sale un borracho a bailar sin tener ni idea, o simplemente la gente sigue comiendo y bebiendo sin escuchar. Él, para no sentirse bufón de la corte, busca con los ojos otros ojos que escuchen y entonces se obliga a sacar lo mejor que tiene para ellos. Por eso no canta alegrías, por ejemplo, porque, para hacerlo bien necesita mirar hacia dentro con una concentración y fuerza que las ferias no permiten. Prefiere no cantar a cantar sin verdad. No se pervierte, se vierte en cada pase. El arquitecto interpretado por G. Cooper en El manantial, con guión de la escritora A. Rand, lo dice así: “antes de hacer algo por la gente, debes ser capaz de hacer las cosas bien, y para hacer una cosa bien, debes amar esa cosa. Mi razón y mi vida es el trabajo mismo, hecho a mí manera”. Es la responsabilidad y dignidad de cualquier trabajo. Hacerlo bien es la recompensa. No traicionarnos para no traicionar. Y esto es así sea cual sea la tarea. Cantar, enseñar, construir, servir cafés, cocinar… Merece la pena escuchar el cante del Selu (J.L.Torres),  ver la película, leer a Any Rand y cultivar amigos. Es mi resaca. 

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